En la BUAP crean semáforo para frenar la deserción en el posgrado mexicano.

Ciencia BUAP

Se trata de la única aplicación mexicana que ayuda en la predicción del comportamiento de los estudiantes de posgrado

BUAP. 13 de diciembre de 2016. En el estudio Panorama de la Educación 2015: indicadores de la OCDE se plantea que sólo cerca del 4 por ciento de los jóvenes mexicanos obtendrá un título de maestría y menos de 1 por ciento concluirá un doctorado, mientras que el promedio en los países de esta organización es de 22 y 2 por ciento, respectivamente.

Ante el problema de deserción escolar, investigadores de las facultades de Ciencias Físico Matemáticas (FCFM) y de Ciencias de la Computación (FCC) de la BUAP crearon un semáforo que advierte si algún estudiante da indicios de un posible abandono: un amarillo por cada desertor potencial.

Las posibles causas de tan baja eficiencia terminal en el posgrado mexicano van más allá de las explicaciones obvias, como las económicas o la poca cobertura educativa, e involucra factores de administración y gestión escolar, trazabilidad y seguimiento, toma de decisiones y evaluación con base en el desempeño, o en términos matemáticos, de patrones de comportamiento. Un verde, amarillo o rojo en pantalla son suficientes para conocer el estatus del estudiante de posgrado.

Esta propuesta tecnológica de la BUAP, la cual se busca patentar, no es una estructura similar a las que detienen el tránsito, se trata más bien de un sistema informático: una aplicación que desde cualquier explorador web proporciona información, en tiempo real, sobre el patrón de comportamiento del desempeño académico y científico de estudiantes y docentes, con relación a planes de estudio y trabajos de investigación.

Este es el único sistema informático de México que vincula todas las bases de datos pertinentes para la trazabilidad de las experiencias académicas y de investigación de cualquier generación -a diferencia de otros que trabajan módulos de información por separado-, para predecir oportunamente el comportamiento de los estudiantes, el investigador y del propio posgrado, y mejorar los indicadores de calidad.

“Es capaz de aprender de la historia para hacer proyecciones de las futuras generaciones, una lectura completa que sirve a la toma de decisiones inteligentes y contribuye a la disminución de la deserción escolar en estos niveles educativos”, aseveró Teresa Torrijos Muñoz, académica de la FCC, quien forma parte del equipo de desarrolladores, también integrado por Guillermo Marín Dorado, de la misma unidad académica, así como María Esperanza Guzmán Ovando y Jacobo Oliveros Oliveros, de la FCFM.

El sistema “aprende” de generaciones anteriores y con base en ello proyecta el futuro: verde para quien posea un comportamiento libre del riesgo de desertar, amarillo para quien no y rojo para el ausente. Esta alerta permite a los tomadores de decisiones de facultades, institutos y centros de investigación identificar cuáles serán las estrategias más adecuadas para resarcir los problemas identificados.

Además, esta plataforma es capaz de proporcionar información adicional sobre el estado general, casi panorámico, del posgrado: matrícula, planta docente y proyectos de investigación, entre otros aspectos.

De esta forma, los directores o secretarios de posgrado e investigación podrán responder preguntas como cuántos grupos abrir, cuál es la línea de investigación de mayor interés, pues los investigadores de la BUAP observaron que existe un patrón de comportamiento similar entre generaciones, de cuyo análisis emergen estrategias sólidas y precisas para mejorar la marcha de los posgrados.

Con cinco años de uso, el sistema dota a quien tiene que tomar decisiones de un control de mando y del panorama actual de su institución: sabría qué va a suceder con determinada generación hasta que egresa, el desempeño actual y futuro en materia académica y de investigación, incluso los recursos destinados a los proyectos y los docentes que menos trabajan, según los indicadores.

Su diseño se basó en los lineamientos, normativa e indicadores de calidad que establece el Conacyt, principal institución encargada de velar e impulsar el trabajo científico del país, por lo que el sistema será útil a cualquier centro de investigaciones de México.

Objetivo: aprender de las generaciones pasadas para conocer el futuro

Este sistema está diseñado para la interacción de diferentes actores: estudiantes, administrativos de posgrados y profesores, básicamente, a quienes el sistema les asigna un perfil único, una suerte de cédula. Se puede acceder a él con tan sólo una dirección URL.

Torrijos Muñoz recordó que este sistema nació en la FCFM para la gestión y control de sus posgrados, con alertas tempranas: conocer la voluntad de los estudiantes desde antes de que tomaran medidas radicales, como desertar. “En ese sentido dijimos que podríamos hacer un sistema con semáforos.

Gracias a que el sistema asigna una cédula al profesor y se vincula con las finanzas y contabilidad de las instituciones, el tomador de decisiones también puede evaluar el desempeño docente y conocer la relación entre los recursos y la productividad de los proyectos. Por ello se buscó que la información en la web se actualizara en tiempo real.

En otras palabras, el sistema integra aspectos que otros sistemas procesan de forma aislada, en los términos que el Conacyt establece para la evaluación de la calidad de los posgrados: “El semáforo no de la nada se pone en verde o en rojo, sino que las fórmulas de los semáforos se parametrizaron de acuerdo con las reglas, con un modelo matemático que nos permitió establecer el color para cada estudiante”, explicó Torrijos Muñoz.

Con la implementación de esta aplicación se generaron los datos del primer registro de estudiantes e investigadores para la toma de decisiones informada. Fueron base para la acreditación de los programas de la FCFM, dos de ellos reconocidos en el Programa de Posgrados de Calidad del Conacyt como de Competencia Internacional.

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