En la BUAP crean vehículo de tres ruedas para tomar curvas y giros a ritmos que las bicicletas sólo pueden soñar.

Ciencia BUAP

Con Fenrir, los estudiantes de la Facultad de Ingeniería atienden su compromiso con la calidad de vida de las personas y el cuidado del medio ambiente

Gracias a sus características, obtuvieron mención honorífica en la competencia nacional de The American Society of Mechanical Engineers

BUAP. 25 de agosto de 2016.- Ante la problemática ambiental causada por el excesivo uso de automotores particulares, estudiantes de la Facultad de Ingeniería de la BUAP desarrollaron a Fenrir: un nuevo vehículo que se asemeja a una bicicleta y que ofrece una alternativa de transporte ecológico, ergonómico, de bajo costo, ideal para zonas urbanas y rurales por su alta estabilidad y seguridad, pocas necesidades de mantenimiento y estructura reforzada.

La principal característica de su diseño son la dirección y suspensión de las dos llantas delanteras, con rines de aluminio y neumáticos para asfalto, que en conjunto con la trasera –con neumático para montaña-, dotan a Fenrir de una mayor estabilidad al desplazarse a altas velocidades, tanto en tramos rectos como en curvas, y reducen el radio de giro.

Este vehículo de propulsión humana incluye además mejoras en la ergonomía de los vehículos convencionales de las bicicletas o triciclos, con la modificación del asiento del operador, que es más cómodo y seguro. Tal diseño ofrece a las personas la libertad y comodidad que brindan las bicicletas, pero acercándose a la seguridad y estabilidad de un coche, un tema con el que se justifica el excesivo uso de vehículos motores.

Por su impacto social, innovación y atributos inéditos, este proyecto titulado “Vehículo de propulsión humana con suspensión basculante” cuenta con una solicitud para obtener su registro de patente ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI).

Gracias a este proyecto, Luis Fuentes Delgadillo y Nohemí Martínez González, estudiantes de la Facultad de Ingeniería, junto con su asesor, el investigador Isrrael Rodríguez Mora, obtuvieron una mención honorífica en concepto de diseño, en la competencia nacional Human Powered Vehicle Challenge (HPVC) México 2015, por la sección estudiantil del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, campus Monterrey, de The American Society of Mechanical Engineers (ASME).

Rodríguez Mora indicó que para la fabricación de este vehículo se buscó el material más adecuado, ante las demandas de uso y exposición al medio ambiente. En consecuencia, se escogió un tubo de aluminio (mucho más ligero y disponible que el acero y no propenso al óxido) del tipo 6063-T6, que tiene una excelente extrudabilidad (que es muy moldeable), suficiente resistencia mecánica, alta resistencia a la corrosión, buen acabado superficial y ligereza adecuada.

Asimismo, para la fabricación de algunas piezas especiales del innovador mecanismo de dirección, las cuales no comprometen la seguridad del diseño debido a que no están sometidas a gran carga y que se consideraron difíciles de manufacturar, se utilizó el proceso de fundición de aluminio con molde de arena sílica.

El mecanismo innovador galardonado por ASME consiste básicamente en el diseño de la dirección y suspensión delantera del vehículo; “algo que da una dosis de confianza y sensación de estabilidad; un diseño enfocado al futuro para proporcionar una alternativa atractiva y futurista a los usuarios urbanistas”, comentó Rodríguez Mora.

Así, el diseño incentiva y ayuda a los usuarios a realizar actividad física por la facilidad de manejo, capta la atención de aquéllos que por temas de seguridad prefieren utilizar vehículos motores para trasladarse en zonas urbanas, y contribuye en la calidad de vida de las personas y el cuidado del ambiente.

La historia de Fenrir

Para la elección del prototipo final de Fenrir, se tomaron en cuenta varios diseños previos, basados en dos ideas fundamentadas en el esquema triciclo: la primera línea que se consideró presentaba una llanta delantera y dos traseras, esquema que el equipo de la Facultad de Ingeniería de la BUAP denominó “modelo 1-2”. Este contaba con un innovador sistema de tracción en la parte delantera, pero se descartó por su falta de estabilidad en tramos rectos y a alta velocidad, además de que su radio de giro era considerablemente alto.

El segundo modelo considerado, el constituido por dos llantas delanteras y una trasera, el “modelo 2-1”, contaba con un innovador sistema de inclinación en la parte trasera, el cual tuvo el mismo fin que el sistema de tracción del modelo anterior, debido al grado de inseguridad que representaba.

El tercer diseño se basó en el modelo 2-1, con la tracción en la parte posterior, como en los modelos tradicionales. El problema con éste fue que presentaba esfuerzos muy grandes en la parte media del chasis y su dirección no era la eficiente. El cuarto se basó en el tercer diseño, sólo que en éste la dirección fue esbozada para inclinarse al mismo tiempo que giran sus llantas delanteras. Con este mecanismo, el radio de giro se redujo a lo máximo posible, pero mantuvo los importantes esfuerzos en el chasis.

El diseño de la dirección y suspensión delantera del vehículo son los aspectos neurálgicos del quinto diseño, el final. La suspensión frontal articulada, con dos cabezas de inclinación independientes y las ruedas, son el mecanismo más importante en la innovación de Fenrir, ya que permite una inclinación al virar, manteniendo el centro de masa por dentro de la curva, haciéndola confiable, eficiente y garantizando la rápida entrada en las curvas, buen agarre y la sensación única de dominar la carretera.

El mecanismo inclinable, oculta tras la carcasa con dos barras paralelas que funcionan como suspensiones, permite que las llantas delanteras se inclinen con respecto a la horizontal, que lo hacen cuando se entra a una curva o en la presencia de cualquier relieve en el suelo. Ambas ruedas son independientes y basculantes, lo cual significa que se adaptan perfectamente a cualquier cambio repentino en la posición del conductor o a las peculiaridades del asfalto.

De esta manera, cuando se anda en una curva, el sistema inclina las dos ruedas delanteras en paralelo, sin variar el ancho de vía (la distancia entre esas dos ruedas). En la ciudad, tener tres ruedas es una garantía de estabilidad en cualquier superficie, desde el asfalto hasta el pavimento lleno de baches.

Fenrir es el compañero de viaje ideal, dedicado a la diversión: permite tomar curvas y giros a un ritmo que las bicicletas sólo pueden soñar.

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